La vida es menos divertida cuando no estás colocado, y en «El mal camino» Megg y Mogg pasan el mono a base de bien. Es el principio del fin, la caída al vacío. En la continuación de «Melancolía», la ausencia de Búho y la llegada de Werewolf Jones como nuevo compañero de piso obligan a los protagonistas a intentar un inesperado asalto a la madurez sorprende que a Megg y Mogg en plena crisis sentimental y personal. Los problemas económicos y sentimentales se agravan con la llamada de auxilio de la madre de Megg. «El mal camino» es la obra maestra —o madura, quizá— hacia la que conducían los libros anteriores: Hanselmann vuelve a provocar la carcajada con su humor salvaje pero profundiza más que nunca en la atormentada psicología de sus personajes. No more «un año más».
